Se cumplieron 30 años de la muerte del capo del cartel de Medellín y aún se siguen conociendo historias sobre este narcotraficante, que, en su mayoría, están relacionadas con las excentricidades de Escobar.
En las exclusivas playas de Tulum, México, aún queda el rezago del narcotraficante que, con el paso del tiempo, fue convertido en un exótico centro de descanso.
Se presume que esta propiedad empezó a ser construida en 1992, tan solo un año antes que Escobar muriera en Medellín. Esta edificación inicialmente contaba con dos inmuebles, cuyas paredes eran de notable grosor, quizá para evitar el impacto de las balas en tiempos de guerra, pues estaba claro que el capo tenía vínculos con los carteles mexicanos en este país, y quizá, tener una sede en estas tierras no le era ajeno.
En un principio, esta mansión llamó la atención de los vecinos, pues no era una casa normal para la zona en que se encontraba. El auge de Tulum se dio mucho tiempo después de la muerte de Pablo Escobar, razón por la cual, era un lugar perfecto para un capo del narcotráfico, quien pretendía tener un punto estratégico en donde no pudiera ser encontrado fácilmente; frente al mar y con la selva de Quintana Roo a su espalda.
Este predio, tras la muerte de Pablo Escobar, se le adjudicó incluso al entonces presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, aunque esta versión nunca se pudo constatar. En medio del abandono, años después las autoridades mexicanas asumieron el control del predio y el terreno fue decomisado, el cual terminó en un notorio abandono ante la ausencia de su infame propietario.
Pasó el tiempo y muchas personas intentaron desarrollar comercios en la antigua Casa Magna, aunque nunca prosperaron, incluso con la llegada de casas hoteleras que veían en esta edificación un negocio redondo de cara a la bonanza del turismo en la zona, pero finalmente, fue un empresario de nombre Lio Malca, el encargado en devolverle la vida al sitio.
La construcción original contaba con la estrategia completa para que Escobar pudiera escapar en caso de verse sometido por las autoridades, pues no solo en Colombia se sabía sobre su pasado judicial, sino en todo el mundo, siendo el narco más poderoso de la época. Para eso, mandó a construir muros de gran altura y algo que quizá era poco normal en aquel entonces, subterráneos, según pudo conocer el portal Por Esto!.
Los túneles y subterráneos fueron aprovechados por los nuevos propietarios, quienes en su afán de desarrollar la nueva historia de Casa Malca (nombre actual del hotel), construyeron piscinas bajo tierra y cambiaron por completo la apariencia del complejo arquitectónico.
“Casa Malca, una propiedad ubicada en Tulum que apertura en el año 2014 con 8 habitaciones y posteriormente en 2018 fue renovada y ampliada, pensando de forma consciente y respetuosa con el entorno natural que la rodea, expandiéndose a 71 suites construidas en la playa”, destaca la empresa en su portal web.
Una noche en este hotel tiene un costo aproximado a los 610 dólares, casi cuatro millones de pesos colombianos, precio que parece exorbitante para muchos, pero está directamente relacionado con la demanda del sector y la experiencia que se le ofrece al huésped.
En su alianza con Amado Carrillo, capo del cartel de Juárez, Pablo Escobar intentó colmar de cocaína a los Estados Unidos, razón por la cual también tuvo varias pistas de aterrizaje en Bahamas en compañía de Carlos Lehder, cuando adquirieron la famosa isla Norman, lugar en donde operaron entre 1978 y 1982.