En nuestro país el precio de las medicinas ha registrado una escalada de precios superior a la comida. Hasta enfermarse de gripe común sale caro
En el último año, el costo de las medicinas ha registrado un incremento superior al 14%, ya que tan sólo en enero del 2023 el costo de unas tabletas, un jarabe, algún ungüento y tés para tratar algún cuadro gripal común, costaba 872 pesos, medicamentos que para enero del año en curso han registrado un aumento hasta los 1,008 pesos, lo cual significa una variación de precios hasta del 15.54%.
En la actual temporada invernal, y una vez que ha quedado atrás la emergencia sanitaria por la COVID-19, ha quedado de manifiesto que una de las consecuencias colaterales del largo confinamiento al que obligó el virus del SARS-CoV-2, ha sido la reducción en la inmunodeficiencia de miles de personas a diversas enfermedades virales que hoy han comenzado a propagarse de manera importante.
En este contexto, Cuauhtémoc Rivera, presidente de la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC), resaltó que el sector salud no ha estado a la altura de las circunstancias, debido a que no se ha hecho un llamado a la población a observar los protocolos de prevención, a fin de evitar mayores contagios o enfermedades.
En este mismo sentido, señaló que el largo confinamiento por la COVID-19, generó un impacto en la inmunodeficiencia de las personas con un incremento de cuadros de resfríos y gripes y, por supuesto, neumonías, bronquitis, influenza y nuevas variantes de COVID, enfermedades que, sin ser consideradas mortales de entrada, exigen cuidado para evitar complicaciones y consecuencias letales.
Resaltó que en comparación con los costos del año pasado, los costos de medicamentos para atender un resfriado común aumentó hasta en un 14.66%, lo cual tiene un impacto directo en el gasto de bolsillo de las familias, si se toma en cuenta que muchas de las veces entre los integrante de una misma familia hay varios contagiados, y el gasto es mayor.
Ante ello, indicó que la Profeco y la Cofepris “brillan por su ausencia al no tener músculo para controlar el precio y la calidad de las medicinas que se venden en México. Esto afecta la economía familiar y es una mancha más al tigre de parte de la inflación que vive nuestra economía”.
Además, abundó, ocurre que los cuadros gripales y de resfríos cada vez son más severos, incluso con algunos casos de problemas respiratorios, problemas de una mala oxigenación, “es decir que estas enfermedades se han prolongado más de lo normal”, con ausentismo laboral, pero quienes no pueden darse faltar, acuden a sus trabajos enfermos, sin seguir medida alguna de prevención para evitar contagios, indicó.
Las personas que se enferman a veces no logran aliviarse con la medicación regular de libre prescripción y los medicamentos de alta demanda popular no están siendo tan efectivos como lo eran antes, esta, dijo, es la factura postdatada de la pandemia por COVID-19, en 2020 y 2021 “y aún nos está generando estragos sanitarios y económicos, porque no quedamos aliviados del todo al no recuperar el estado de salud que teníamos previo a la COVID”.
Aunado a lo anterior, enfatizó, está la situación de que los doctores no acaban de acertar en sus diagnósticos y les resulta complicado determinar si se trata de una bacteria o una enfermedad viral, provocada por el medio ambiente gélido y contaminado, lo cual causa muchos diagnósticos errados, prescripciones incorrectas y enfermedades prolongadas.
A esto se suma la fuerte disputa del mercado nacional de medicamentos entre los sectores público y privado, con respecto a su administración y cómo garantizar su abasto de manera regular en las farmacias e instituciones de salud públicas, provocando escasez de medicamentos y aumento de precios de las medicinas más socorridas en esta etapa invernal.
Ante este panorama, hizo un llamado a la población a adquirir sus medicamentos en establecimientos reconocidos, ya que las medicinas que se manejan en la informalidad (tianguis, mercados, aceras y ambulantaje) cuando menos están caducas y su efecto vencido, o son falsificaciones de las que se desconocen sus componentes y poniendo en riesgo la salud.